Primicias24.com- El tenedor que conocemos actualmente parecía ser un tabú para la Iglesia, en esa época remota, la gente únicamente comía con sus dedos y en una olla compartida.
La invención medieval de esa especie de horquilla pequeña, antecesora del moderno tenedor, para usar en la mesa parecía una buena idea (los romanos, griegos y egipcios los utilizaron de tamaño industrial para cocinar durante siglos).
Sin embargo, eso no era bien visto por mucha gente, por ello esas herramientas aparecieron en las cortes nobles de Medio Oriente y el Imperio bizantino alrededor del siglo VII y se hicieron comunes entre las familias ricas en el siglo X.
Esa cultura no llegaba en su totalidad a todos los sitios, de hecho en Europa la costumbre se basaba en usar el cuchillo y la mano para comer.
¿Qué tan odiado era el tenedor?
Tanto era el afán contra el tenedor que, en el año 1004, cuando la sobrina del emperador bizantino Basilio II, Maria Argyra, se presentó en Venecia para casarse con Giovanni, hijo de Pietro Orseolo II, llevando consigo un estuche de tenedores de oro para usarlos en el banquete de bodas fue condenada rotundamente por el clero local considerando que era una aberración.
“Dios, en su sabiduría ha provisto al hombre con tenedores naturales, sus dedos. Por lo tanto, es un insulto para Él sustituirlos por instrumentos de metal”, decían los que juzgaban el hecho.
Cuando Argyra falleció todos los idólatras aseguraron que Dios habría mandado una plaga para castigarla debido a su vanidad “de no querer comer con los dedos”.